UEFA y ECA impulsan una revisión del modelo de Champions League: el proyecto de Superliga choca frontalmente con la mayoría de las ligas nacionales, que ven amenazada su supervivencia
El fútbol europeo vive una época de tensión a consecuencia del proyecto de Superliga que UEFA y ECA (Asociación de Clubs Europeos) defienden ante la férrea oposición de la mayoría de las ligas nacionales, que ven amenazada su supervivencia. La reforma de la Champions League ha sido una práctica recurrente en la historia del fútbol europeo, creando fricciones entre las partes que se han ido sentando a la mesa. En el fondo, deberán ponerse de acuerdo, pero son de entrada las formas las que han crispado el ambiente en las altas esferas. Las ligas nacionales acusan a los organismos dirigentes del fútbol europeo de haber cocinado esa nueva fórmula a fuego lento, en ‘petit comité’ y a puerta cerrada. La ECA argumenta, por su parte que, por culpa de filtraciones malintencionadas, los opositores han llegado a conclusiones precipitadas sin valorar los argumentos de los que apoyan el cambio en el modelo de competición.
El reparto de dinero y de notoriedad es, a fin de cuentas, el kit de la cuestión. El negocio del fútbol es como un gran pastel y, en su reparto, están las discrepancias: los grandes quieren seguir siendo la guinda y, los no tan grandes, los ingredientes para que salga rico y a gusto de todos.
A petición de la ECA, y para evitar quedar fuera de juego, la UEFA propone crear una competición con tres divisiones que entraría en funcionamiento a partir de 2024 y se garantizaría por 20 años. Este nuevo modelo acabaría con la Champions League tal y como la conocemos ahora. Así, el fútbol europeo se repartiría entre Champions League, Europa League y Europa League II, una división que entrará ya en vigor en 2021.
La Champions League sería una competición semicerrada, en la que competirían 32 equipos, teniendo plaza asegurada los 16 clubs más poderosos de las principales ligas europeas. Estos serían, según una filtración de ‘Football Leaks’: Real Madrid, FC Barcelona, Atlético de Madrid (España); Manchester United, Manchester City, Liverpool, Arsenal y Chelsea (Inglaterra); AC Milan, Inter de Milán, Juventus y AS Roma (Italia); PSG y Olympique de Lyon (Francia); y Bayern de Múnich y Borussia Dortmund (Alemania). El resto de equipos provendrían de otras ligas menores, como Holanda, Portugal, Turquía o Rusia, y serían invitados. La Champions se jugaría con una fase de grupos y eliminatorias y, al final de cada temporada, 24 de esos 32 equipos permanecerían en la máxima competición, y accederían a ella los 4 semifinalistas de la Europa League (que tendría ascensos y descensos) y 4 campeones de ligas nacionales. Los 16 clubs ‘fundadores’ tendría plaza asegurada, al más puro estilo NBA, por lo que las ligas nacionales serían esa cuarta capa del pastel que le apetece a bien pocos.
Con esta restructuración de la máxima competición europea, sólo el 12% de las plazas se decidiría por los logros deportivos de los equipos en las diferentes ligas nacionales, cuando hasta hoy, todas las plazas -exceptuando el campeón de la Europa League– se determinaban según la clasificación en la liga. No se conoce todavía en base a qué términos se elegirían los protagonistas de la primera edición de la nueva Superliga, pero LaLiga sospecha que sería por coeficiente histórico.
LaLiga española, la Premiere League inglesa, la Bundesliga alemana y la Serie A italiana se han pronunciado en contra del proyecto; la European Leagues (EL), organismo que reúne 36 ligas profesionales con más de 950 clubs de 29 países europeos, tampoco ve claro que el nuevo modelo defienda los intereses de todos sus asociados, y varios clubs de la propia ECA también se oponen.
Javier Tebas, presidente de LaLiga española, se ha erigido en uno de los principales representantes de la oposición. “La creación de la Superliga supondría la destrucción de las ligas nacionales. Que nadie se engañe, más allá de unos pocos, es una coalición dividida entre ricos y pobres en la que sólo 32 de ellos tendrán un pase VIP”, dice Tebas. Y se ampara en las cifras que presentan a LaLiga como una de las más potentes de Europa y espejo en la que muchas otras se miran. “Hemos pedido un informe a la consultora internacional Kpmg y el panorama es desolador. La pérdida de valor audiovisual en los derechos de televisión de LaLiga podrían caer un 41,5% el primer año y se iría deteriorando cada temporada. En España, la industria del fútbol factura el equivalente al 1,37% del PIB, genera directa e indirectamente 185.000 puestos de trabajo y recauda más de 4.000 millones para las arcas del Estado. La masa salarial de los clubs que no estén en la nueva Superliga bajaría un 70% y se perderían hasta 50.000 empleos. Es dramático”.
«La masa salarial de los clubs que no estén en la nueva Superliga bajaría un 70% y se perderían hasta 50.000 empleos. Es dramático” – Javier Tebas, presidente de LaLiga
La Premier League, en un comunicado firmado por todos los clubs, argumenta que “cualquier cambio en el calendario futbolístico debe respetar las competiciones nacionales” y la Bundesliga sostiene que “una reforma de un sistema que ya es exitoso debería ser beneficiosa para todos los competidores, no sólo para unos pocos”. La European Leagues ha emitido también un veredicto claro como portavoz de las ligas profesionales de Europa: “Nuestra reunión en Madrid, a la que asistieron 244 clubs de 38 países, fue un éxito y un día histórico. Todos nos reafirmamos en la idea de que, representando a casi 1.000 clubs en toda Europa, debemos ir todos a una cuando lo que está en juego es el futuro del fútbol europeo. Tenemos que ser incluidos en el proceso de decisión y este proceso debe pasar de la información a las negociaciones reales. Las ligas domésticas tienen que ser la base de la competición europea, de otro modo, es imposible mantener el interés de los aficionados. No estamos en contra del cambio, pero sí nos preocupa lo que propone la ECA; prácticamente todos los clubs están en contra de un sistema con ascensos y descensos y jerarquía piramidal”, asegura Lars-Christer Olsson.
«Cualquier cambio en el calendario futbolístico debe respetar las competiciones nacionales» – comunicado de la Premier League firmado por todos los clubs
Los cambios no sólo afectarían al sistema de acceso a la máxima competición europea, sino que aumentarían el número de partidos y, por lo tanto, invadirían el calendario de las ligas nacionales, con cambios de días y horarios. “Los fines de semana han estado siempre reservados a los partidos de ligas domésticas y así debe seguir siendo”, insiste Olsson. A lo que Tebas añade: “Si le damos menos relevancia a los partidos de Liga, el valor de los derechos audiovisuales disminuirá porque las plataformas deberán elegir y ya me han dicho que no habrá dinero para todos. Sin ventana televisiva también caerán los recursos de patrocinio y ganancias en días de partido para los clubs. Los ingresos domésticos agregados de todas las ligas nacionales europeas suman más de 7.000 millones de euros; los de la UEFA, 2.000. Es evidente que el origen de los recursos sigue siendo las competiciones locales”.
«Las ligas domésticas tienen que ser la base de la competición europea, de otro modo, es imposible mantener el interés de los aficionados» – Lars-Christer Olsson, presidente de European Leagues
El director general de la ECA, Charlie Marshall, se atrinchera contra el bombardeo de críticas y lamenta que “fuera de nuestra asociación, no ha habido ni una sola crítica constructiva y eso es decepcionante porque no hemos puesto ninguna propuesta de nuevo formato encima de la mesa para ser aceptada o rechazada; sólo son un montón de ideas, muchas de ellas articuladas por hombres de paja, sobre conceptos futuros con la única intención de estimular el debate”.
La ECA toma al Ajax como ejemplo de uno de los clubs que se vería beneficiado por el sistema de ascensos y descensos entre competiciones europeas. El subcampeón de Europa tendrá que pasar dos rondas clasificatorias para acceder a la Champions League de este año, mientras que con el nuevo sistema ya tendría la plaza asegurada. “Muchas de las críticas argumentan que los clubs grandes quieren crear una coraza, pero la realidad es que, actualmente, más del 60% de los clubs repiten cada año en la Champions League. Las plazas de clasificación de las ligas nacionales están muy indexadas a las grandes ligas y penaliza a clubs como el Ajax que, aun teniendo un buen rendimiento en sus ligas ‘medianas’ o pequeñas, tienen que luchar por acceder a la Champions y no pueden construir una historia continua”.
«La mayoría de críticas se centran en la Champions League, pero es mucho más. También trata de fortalecer la Europa League y de desarrollar una tercera división que asegure el acceso a Europa a muchos clubs importantes de pequeños países», Charlie Marshall, director general de la ECA
Marshall culpa también a los medios de comunicación de contar sólo una parte de la historia. “La prensa ha centrado sus críticas en la Champions League, pero es importante recordar que el debate sobre una posible reforma es mucho más que eso. No olvidemos esto. La ECA se preocupa por la salud del fútbol en toda Europa, no sólo por la de según qué ligas”.
Las primeras conversaciones empezaron, según ‘Football Leaks’, en 2015 con muy pocos invitados. Cuatro años después, las filtraciones han abierto el debate a gran escala. Tienen cuatro años más para ponerse de acuerdo. El futuro del fútbol europeo, parte importantísima de una de las industrias más poderosas a nivel mundial, está en juego.
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