
Paco Silva, agente internacional de Johan Cruyff Institute en Uruguay, repasa su larga trayectoria, que incluye tanto la industria deportiva como la del entretenimiento, y analiza cómo el país latinoamericano sigue dando valores deportivos de primer nivel
La carrera profesional de Paco Silva atravesó diversas industrias: financiera, entretenimiento y deportiva. Y esa experiencia le permite abordar su trabajo como agente internacional de Johan Cruyff Institute en Uruguay con un enfoque versátil, resaltando la importancia de la estrategia, el análisis y la planificación. Sobre todo, Silva destaca la educación, una herramienta clave para que Uruguay continúe dando valores deportivos de primer nivel en todo el mundo.
Su trayectoria incluyó el paso por The Walt Disney Company, donde Silva trabajó como Ejecutivo de Ventas. Además, tiene una destacada experiencia como productor, trabajando con artistas como Jaime Roos y Ney Matogrosso. Silva será uno de los participantes del primer “Foro de Innovación y Gestión Deportiva”, que tendrá lugar en Montevideo, Uruguay, el 4 y 5 de septiembre de 2024. Allí, se analizarán las tendencias más relevantes de la industria del deporte y su gestión para ayudar en la profesionalización de la industria del deporte en el país.
En tu carrera, has trabajado tanto en el ámbito deportivo como en la producción artística. ¿Cómo se complementan estas dos áreas en tu vida profesional?
La gestión de un evento artístico, ya sea música o teatro, tiene varios parámetros comunes con la gestión de un evento deportivo. Estos son la estrategia, el análisis, la planificación, el método, las propuestas. Son como un tronco común entre ambas disciplinas. Todas estas herramientas de gestión deportiva, que me ha aportado Johan Cruyff Institute, también me han ayudado para mis propios proyectos personales.
¿Cómo ha influenciado tu trabajo en Johan Cruyff Institute en la visión que tienes sobre la industria deportiva en Uruguay?
Creo que Johan Cruyff Institute me ha influenciado enormemente: personalmente, aportó mucho a mi visión. También considero que ha aportado mucho a la visión general de la gestión deportiva en Uruguay, creo que fue una llegada al siglo XXI, con herramientas, con conceptos que nos ayudan tanto a nosotros como nuestros estudiantes en el trabajo diario de gestión. De hecho, es lo que más nos agradecen los estudiantes: las herramientas con las que poder enfrentar los desafíos profesionales.
En tu opinión, ¿cómo puede la industria deportiva en Uruguay adaptarse y crecer frente a los cambios globales y las nuevas tendencias?
Uruguay puede hacerlo en la medida en que capacite a los profesionales, por ejemplo con herramientas como las que ofrece Johan Cruyff Institute. Esa es la manera de ubicarse en el mainstream, en la conversación de los grandes lugares del mundo donde se están haciendo las cosas muy bien. En el terreno del fútbol, por ejemplo, Uruguay ha salido campeón del mundo en la categoría Sub 20 el año pasado. Eso indica que vamos por el buen camino. Uruguay sigue dando valores deportivos internacionales de primer nivel con su población estable de 4 millones desde hace 50 años.
«En un mundo en donde hay 3 ligas muy importantes de fútbol, el hecho de que en cada uno de los clubes importantes haya una figura uruguaya es un hecho insólito. En la medida que se fortalezca lo bueno, Uruguay va a ser cada vez más importante».
¿Cómo contribuye Johan Cruyff Institute a fomentar el liderazgo y la gestión en el sector deportivo uruguayo?
La figura de Johan es muy grande en Uruguay. Tengo la suerte de vivir en un país en donde muchos compatriotas míos convivieron con Johan dentro de la cancha, y algunos fuera de ella, y por eso tengo profundo respeto por la figura y por el liderazgo que ejerció en los años que estuvo vigente, que fueron muchos. Pensar, sentir y hacer están alineados en las acciones de Johan, y por eso creo que es de esos faros que uno tiene en el camino. Como faro, obviamente te evita chocar contra la costa, pero también te indica caminos y te ilumina con su luz algunas oscuridades que el camino también nos ofrece. Es indudable el liderazgo de Johan dentro y fuera de la cancha en cada lugar donde estuvo, en lo deportivo y en lo social, en lo que tiene que ver con el desarrollo humano.
Dado tu amplio recorrido profesional, ¿qué consejo le darías a alguien que está empezando su carrera en cualquiera de los campos en los que has trabajado?
A los chicos y chicas que vienen detrás nuestro que nos hacen este tipo de preguntas y con quienes compartimos charlas, café y demás, siempre les hago la misma sugerencia: que éxito y fracaso son cincuenta y cincuenta. Uno se tiene que preparar para el éxito sin olvidarse que el fracaso tiene un porcentaje importante en la vida, tanto en el mundo del entretenimiento como en el mundo del deporte. A veces la pelota pega en el palo y entra, y a veces pega en el palo y se va, y el tiro fue el mismo. Creo que la vida es eso.
«A los colegas, amigos, hijos de amigos siempre les digo eso: cuidado con que el éxito no se te suba a la cabeza y que el fracaso no te golpee el corazón».
¿Qué nos puedes adelantar sobre el Foro Internacional de Innovación y Gestión Deportiva?
El Foro se realizará el 4 y 5 de septiembre de 2024 en Montevideo. La idea fue organizar un evento que nuclee las nuevas tendencias y entregue herramientas para la mejora de la gestión deportiva. También tendremos novedades en el sector, muchos contenidos online para fomentar la innovación. Será un evento diseñado para profesionales de la industria deportiva que buscan actualizar sus conocimientos en gestión deportiva. Habrá masterclasses impartidas por docentes de Johan Cruyff Institute y paneles de discusión con destacados profesionales del sector a nivel nacional.
Teniendo en cuenta tu experiencia en diferentes sectores, ¿qué lecciones aprendiste sobre la capacidad y la innovación en las diferentes industrias?
Tuve una vida laboral bastante movida, que atravesó distintos sectores comerciales e industriales. La raíz común en todos es reconocer los errores. Quien se equivoca, tiene el impulso inicial de no reconocer su error, y eso es un factor de estancamiento. Entonces es importante establecer una cultura corporativa tanto de reconocimiento de los errores como de ser compasivos con quien se equivoca. Todas las personas nos equivocamos, pero el gran tema es no reconocer ese error, porque entonces se pierde tiempo valioso.