El deporte, industria de grandes emprendedores

Gabriel Masfurroll, ex nadador profesional y empresario de éxito, habla de las cualidades que todo emprendedor debe tener para merecer ese calificativo

La típica pregunta de ¿estudias o trabajas?  ha quedado definitivamente anticuada. Lo que se lleva ahora es decir que eres emprendedor. Cualquier industria y, más en tiempos de crisis donde hay que agudizar el ingenio, necesita sabia nueva, ideas diferentes y vías de negocio alternativas que sepan aprovechar los cambios de hábitos de una sociedad en constante movimiento. El deporte, industria de grandes emprendedores, cuenta con ilustres ejemplos. Pero ni todo emprendedor es buen empresario, ni todo empresario es buen emprendedor.

“No hay mucha gente que reúna ambas facetas”, dice Gabriel Masfurroll, un hombre que se ha ido reinventando a lo largo de su vida. Dedicó su infancia y parte de su juventud a la natación, siendo nadador de fondo de alta competición, formó parte de la selección nacional en varias ocasiones y estuvo tres años en la Residencia Blume de Barcelona como deportista becado.

La retirada le llegó a una edad temprana “por motivos personales”, adelantando su llegada al mundo empresarial. Ha sido directivo del FC Barcelona en tres etapas diferentes -con Josep Lluis Núñez, Joan Gaspart y Sandro Rosell-  y es miembro de la Fundación Laureus en España, para la integración de personas en riesgo de exclusión a través del deporte. Gabriel Masfurroll preside esta entidad desde 2012, cuando tomó el relevo del ex presidente del COI, Juan Antonio Samaranch.

Su proyección internacional y vinculación con los Estados Unidos le llevaron también a ocupar el cargo de ‘chairman’ del Advisory Board de la NFL en España y a fundar más tarde una consultora de management deportivo, la ‘Agency Sports & Entertainment’. Masfurroll fue también socio fundacional y miembro del Comité Ejecutivo de la Fundación Sport & Cultura, que agrupaba a las entidades deportivas y culturales más importantes del país.

“Una ambición sana, las ganas de progresar, la curiosidad, la tenacidad, la imaginación, ser capaz de visionar lo que otros no ven y no tener aversión al riesgo”, son rasgos que identifican a todo emprendedor, según su experiencia. Puesto a destacar a tres deportistas de renombre internacional que han marcado historia por su carácter emprendedor, se queda con tres. “Uno es Johan Cruyff. Para mí fue un visionario. Visionó y entendió el mundo del fútbol de una manera distinta, ya no solamente en el juego sino también en las relaciones comerciales, en las prácticas profesionales. Lo que él implementó hace 30 años se ha ido cumpliendo y, es más, los equipos que ahora mismo triunfan son aquéllos que, de alguna manera, funcionan bajo los parámetros que Johan Cruyff marcó en su momento”.

Mark McCormack, fundador de la gran agencia de representación mundial del deporte, IMG,  es también un gran ejemplo de emprendedor, según Masfurroll. “Era jugador de golf, compañero de un fuera de serie como Gary Player. McCormack, que no era tan bueno, se acabó convirtiendo en su mánager y así nació IMG”. Y el tercer caso es quien fuera comisionado de la NFL, John Newbauer, quien convirtió la liga de fútbol americano en la más poderosa del mundo. “El presupuesto de la NFL es, por sí sola, más grande que el de la NBA, la Liga de Hockey Hielo y la Liga de beisbol juntas”, destaca Masfurroll.

Está convencido de que “en la mayoría de los casos, un emprendedor se hace por necesidad” y da validez a esa frase de que “el hambre agudiza el ingenio”. La necesidad de encontrar financiación para llevar a cabo su proyecto será el siguiente paso, y la presentación de una ‘startup’ a posibles inversiones, lo que se conoce como ‘aceleradoras’, tiene que estar muy bien planificada y argumentada. “El emprendedor debe presentarse con un buen proyecto, muy bien analizado, muy bien diseñado, consistente, con un buen equipo detrás de él y debe estar, además, dispuesto a jugarse sus recursos, su dinero. Tu puedes tener un magnífico proyecto, pero si no estás dispuesto a invertir una parte de tu dinero… Yo con alguien que no coinvierta conmigo, no invertiría nada”, advierte.

Esa planificación estratégica debe basarse “en el sentido común y debido a la velocidad del mundo en que vivimos, que cada día se va acelerando más, esta planificación hay que irla renovando con cierta asiduidad; algunos hablan de 6 meses, yo diría que cada año debes revisar el plan estratégico que has realizado porque, con seguridad, el mundo, el entorno y las circunstancias son distintas”.