«Estudiar me aportó muchos recursos que transferir directamente a mi carrera como futbolista, tanto en el campo como en el vestuario; la doble carrera es muy importante», asegura Shay Sade, estudiante del Máster en Gestión Deportiva de Johan Cruyff Institute Ámsterdam y cofundadora de FIRSTEAM USA
Salir de la zona de confort. De eso se trata si se quiere prosperar en la vida. Es un hábito que integró Shay Sade, estudiante del Máster en Gestión Deportiva de Johan Cruyff Institute Ámsterdam, para progresar como jugadora de fútbol en Israel, de donde procede, para compaginar la doble carrera como futbolista y estudiante universitaria en Estados Unidos, y para seguir formándose en Ámsterdam ahora que sus días como deportista en activo ya han terminado y apunta a nuevos retos.
Nadie tuvo que convencerle de que seguir formándose era, más que una elección, una oportunidad extraordinaria. Shay aprovechó las posiblidades de dejar su país, Israel, para ampliar sus horizontes. En 2012, disfrutó de su propio sueño americano: seguir su carrera como futbolista profesional al tiempo que seguía estudiando. A día de hoy, sigue teniendo claro que esa decisión le cambió la vida.
«Estudiar me aportó muchos recursos que transferir directamente en un deporte de equipo. Podía llevar lo aprendido en clase al terreno de juego y al vestuario. Por ejemplo, en mis tiempos como capitana del equipo, me resultó muy útil usar las habilidades de comunicación que había aprendido en clase».
La formación fue también clave para Shay durante su etapa como project manager del ministerio israelí de cultura y deporte. «Como jugadora de fútbol, tu instinto es avanzar, actuar con rapidez. Pero en la oficina ministerial no tomaba decisiones para los 90 minutos que dura un partido, sino para toda una temporada o incluso a años vista. Hay que pensar en las consecuencias y hay mucho más en juego. Definitivamente, me di cuenta de lo difícil que es gestionar la industria del deporte».
«En la oficina ministerial no tomaba decisiones para los 90 minutos que dura un partido, sino para toda una temporada o incluso a años vista. Hay que pensar en las consecuencias y hay mucho más en juego. Definitivamente, me di cuenta de lo difícil que es gestionar la industria del deporte»
Su pasión por el deporte puede dirigir a los deportistas hacia el camino de la gestión deportiva, pero hay mucho más en juego cuando se trata de gestionar la industria del deporte, o incluso cuando asumen el liderazgo de su propia carrera. Shay ha dedicado su vida al deporte. Es cofundadora de FIRSTEAM USA, una empresa que ayuda a los deportistas a compaginar el fútbol con los estudios en Estados Unidos. En esta entrevista, habla de la importancia de la educación para futbolistas, de la posición de las mujeres en el fútbol y de sus propias experiencias en esta industria.
Empezaste a jugar con un equipo de chicos. ¿Cuál era tu mentalidad?
Sin duda, una mentalidad fuerte. Empecé a jugar al fútbol a los seis años, y jugué en equipos masculinos hasta los 14, porque en Israel sólo se podía pasar a un equipo femenino a los 14 años. Por aquel entonces, no había equipos juveniles, como los sub-19, etc. Cuando era niña, no pensaba mucho en ello, pero al ir creciendo, me di cuenta de que se necesita una mentalidad fuerte y creer firmemente en tu sueño. Creo que esto es lo que me ayudó a seguir adelante con mi carrera futbolística. Fue una etapa única, con muchos altibajos, pero tuve que mantenerme fuerte, seguir el camino correcto y seguir creyendo en mi sueño. Siempre me consideré futbolista y eso me ayudó a superar los obstáculos en esa época.
Tuviste una carrera exitosa en diferentes clubes y como miembro de la selección nacional de Israel. ¿Cómo crees que ha cambiado el fútbol femenino en los últimos años?
Dividiría mi respuesta en dos: en Israel y en el resto del mundo. En Israel, todavía vamos por detrás; tiene mucho que ver con la cultura. En Israel, no se estimula a las chicas a jugar al fútbol, pero la situación ha mejorado de cuando yo era joven. Ahora hay equipos para chicas, aunque todavía no está realmente aceptado en la cultura israelí. En el resto del mundo, en Europa occidental o en Estados Unidos, es diferente. Es más normal que las chicas jueguen y, en los últimos años, muchos clubes han descubierto que les da muchas oportunidades -tanto financieras como sociales- tener equipos femeninos. Así que todo ha mejorado, la exposición es enorme, pero creo que todavía nos falta algo, queda mucho camino por recorrer.
¿Cómo recuerdas tu experiencia americana como jugadora? ¿Descubriste un mundo nuevo en Estados Unidos?
Un mundo increíble. Cada vez que pienso en mi experiencia americana sonrío. Fue increíble, me encantó. Creo que tuvo mucho que ver el hecho de que estaba bien visto ser una mujer futbolista, se aceptaba muy bien. Sentí que la comunidad y la universidad me apoyaban. No había ningún problema con mi género. Y eso me encantó, me encantó Estados Unidos, las oportunidades, las instalaciones de la universidad y, por supuesto, la combinación de estudiar y jugar. Era algo único. Creo que fue un gran paso en mi vida.
«Me encantó Estados Unidos, las oportunidades, las instalaciones de la universidad y, por supuesto, la combinación de estudiar y jugar. Era algo único. Creo que fue un gran paso en mi vida»
El fútbol masculino es mucho más potente en Europa que en Estados Unidos, pero parece que sea al contrario en el fútbol femenino. ¿Cuál crees que es la razón?
Creo que la razón principal es que en Estados Unidos el fútbol americano, y el béisbol o el baloncesto, son más populares. Muchos hombres eligen esos deportes en lugar del fútbol, al contrario que entre las mujeres, muchas juegan al fútbol. Si no me equivoco, la selección nacional de fútbol femenino tuvo un gran éxito en la década de los 90. Eso les dio mucha publicidad. Creo que esa es la razón principal. Yo tenía muchos amigos varones que ni siquiera jugaban al fútbol.
Como has comentado, el deporte americano y la cultura americana en general son mucho más conscientes de la importancia de la doble carrera de los deportistas. ¿Fue ésta una de las razones por las que decidiste crear tu empresa Firsteam USA?
Sí. Creo que el sistema universitario estadounidense es diferente. En Europa no lo tenemos. En Estados Unidos piensan en el siguiente paso, y en cómo puedes utilizar sus habilidades deportivas para conseguir una educación. Esa fue la principal razón por la que creé la empresa.
Compaginar formación y deporte me ayudó, tanto dentro como fuera del campo. Me dio muchas herramientas en mi vida, y mucha experiencia: muchas malas experiencias, por desgracia, pero también buenas. Me dio la oportunidad de pensar en mi vida, no sólo en el presente, como jugadora de fútbol y estudiante, sino también en el futuro, y en lo que quería hacer al retirarme. Y fue un gran paso para mí, un plus con respecto a las jugadoras que se fueron a jugar a Europa o que no decidieron ir a Estados Unidos.
«La combinación de educación y deporte; primero, porque te da una oportunidad cuando te retiras; y en segundo lugar, porque te ayuda a pensar, a estructurar tu vida, a organizarte. Te da una herramienta que puedes utilizar en los deportes de equipo, en el vestuario y en el campo»
¿Hasta qué punto es importante la formación para los deportistas?
He leído muchas investigaciones que dicen que la combinación de educación y deporte les ayuda dentro y fuera del campo. Creo que es súper importante. Primero, como he dicho antes, porque te da una oportunidad cuando te retiras. Y, en segundo lugar, porque te ayuda a pensar, a estructurar tu vida, a organizarte. Te da una herramienta que puedes utilizar en los deportes de equipo, en el vestuario y en el campo. Yo era la capitana del equipo, debía tener diferentes habilidades y la comunicación era una de ella. Es algo que podía aprender en clase para llevarlo al terreno de juego.
Dices que la combinación de deporte y formación te ayudan a organizarte. ¿El deporte te ayuda a ser mejor estudiante, o es al contrario?
En mi caso, hacer deporte me ayudaba a estudiar. Para mí era una cuestión de salud. Cuando hacía ejercicio y cuando entrenaba por la mañana, y después tenía clases, notaba muchísimo la diferencia con otro día que no hacía ejercicio, por ejemplo. Era como si mi cuerpo y mi mente pudieran funcionar mejor en clase. Así lo vivía yo.
«En mi caso, hacer deporte me ayudaba a estudiar; era como si mi cuerpo y mi mente pudieran funcionar mejor en clase»
Pero también creo que la educación puede ayudar al deporte porque puede dar muchas herramientas a la gente. Quiero decir, tengo amigos que han aprovechado esta oportunidad para mejorar en muchos aspectos, algunos que se dedican a los negocios, otros que trabajan en finanzas, otros hicieron una carrera universitaria. Vi su crecimiento antes de empezar la universidad y después, y la diferencia era enorme.
Compaginaste tu carrera como futbolista profesional con un trabajo como directora de proyectos en la oficina del Ministerio de Cultura y Deporte. Un gran cambio, ¿no?
Mucho. El 50% de mi tiempo lo pasaba sentada detrás de una mesa. Para mí fue duro estar sentada, haciendo trabajo de oficina. Me gusta moverme, hacer cosas, ir a sitios, conocer gente nueva. Así que estar sentada frente a un ordenador era algo muy nuevo para mí y me costó acostumbrarme.
Por otro lado, pude ver lo que ocurre entre bastidores desde una posición gubernamental. Eso también fue un cambio porque mis pensamientos, mis quejas, todo lo veía desde la perspectiva del jugador. De repente, estaba sentada detrás de una mesa tomando decisiones. Tenía que ayudar a mi jefe, o a los demás miembros del personal, a tomar decisiones. No tenía preocupaciones como jugadora, sino como miembro de un equipo de gestión. Eso fue un cambio importante, pero muy positivo porque te da otro punto de vista. Pero, insisto, el cambio fue grande.
Hay quien piensa que el deporte se puede gestionar con pasión. Tu has comentado, en cambio, que te resultaba difícil trabajar como gestora y hablar con otros managers sobre ciertas cosas. ¿Te diste cuenta de lo difícil que es gestionar la industria del deporte cuando trabajaste en el ministerio? ¿Crees que se necesita formación para entrar en la industria del deporte?
Sin duda. Fue realmente difícil, no me imaginaba que lo fuera tanto difícil. Había que tomar muchas decisiones. Y hoy lo hago en mi propio negocio. Un montón de decisiones que como jugadora a veces tomas empujada por la pasión, como has dicho. Quieres ir rápido, y a veces no piensas en las consecuencias. Como manager, tienes que tener una visión general. No son sólo los 90 minutos de un partido de fútbol. Tienes toda una temporada o un año por delante, así que es realmente difícil. Antes no me daba cuenta de eso.
«Como jugadora a veces tomas decisiones empujada por la pasión, quizás no piensas en las consecuencias; como manager, tienes que tener una visión general. Es realmente difícil, antes no me daba cuenta de eso»
¿Puedes contarnos cómo conseguiste ese trabajo y si esa experiencia facilitó tu transición a la industria del deporte?
En Israel, el fútbol femenino es semiprofesional, así que hay que trabajar además de jugar al fútbol. Y yo siempre buscaba trabajo. Empecé como entrenadora personal, y luego decidí que me gustaría tener más experiencia en la industria del deporte. Me puse en contacto con una antigua medallista olímpica, Yael Arad, que también es de Israel, y le conté mi historia, cuáles eran mis puntos fuertes, y el hecho de que estaba buscando un trabajo. Ella fue quien me recomendó a la persona que se convertiría en mi jefe. Buscaba un puesto orientado a deportistas o ex deportistas y ahí estaba yo. Creo que eso me ayudó a iniciar mi carrera en la industria del deporte. Tuve que compaginar mi dedicación como futbolista con mi trabajo. Fue difícil, pero muy positivo porque sin duda que la transición al mundo laboral, una vez retirada, fue más suave.
Háblanos de tu empresa, FIRSTEAM USA, y de los objetivos que te marcas.
Somos una empresa de consultoría que ayuda a los estudiantes-deportistas a obtener una beca deportiva en las universidades de Estados Unidos. Soy cofundadora de la empresa y me encargo principalmente de la parte financiera y de la conexión con los entrenadores en Estados Unidos.
Tengo buenos contactos en todo el país a diferentes niveles y conozco a muchísimos entrenadores. Así que voy y vuelvo de Estados Unidos, ahora desde Ámsterdam. Estoy estableciendo un montón de conexiones, promociono nuestra empresa en conferencias, en universidades… Yo me encargué de planificar la trayectoria profesional de cada jugador/a, y mi socia se encarga de ejecutarla y explotarla a nivel de marketing. El objetivo es ser una empresa global, no sólo en el mercado israelí, porque creo que es un proyecto increíble para deportistas de todo el mundo. Así que el objetivo es ser una empresa global y demostrar que las habilidades como deportista pueden serte muy útiles. No todos vamos a ser un Ronaldo o un Messi. Hay que utilizar las habilidades deportivas en diferentes aspectos, y recibir una educación, creo, es muy importante en la vida, y casi todo el mundo lo hace. ¿Por qué debería ser diferente para los deportistas?
«Hay que utilizar las habilidades deportivas en diferentes aspectos, y recibir una educación, creo, es muy importante en la vida, y casi todo el mundo lo hace. ¿Por qué debería ser diferente para los deportistas?»
¿Cómo te está ayudando el máster en gestión deportiva en tu actual trabajo?
El propio nombre lo dice: es deporte y es gestión. Mi empresa está en la industria del deporte y yo debo gestionarme a mí misma, gestionar mi negocio, a mis jugadoras y la propia empresa. Son de mucha utilidad los modelos que aprendemos, y hay muchas herramientas que aplico sacadas del máster. A veces en temas de marketing, otras en cuestiones de liderazgo, para tomar decisión correcta, para decidir el plan estratégico que quiero aplicar. Hay multitud de cosas que puedo aplicar en mi negocio.
¿Y cómo acabaste en Ámsterdam?
Por varias razones. Por la cultura holandesa en el ámbito del fútbol, por la ciudad y por el inglés. En Ámsterdam es fácil entenderse con el inglés, y que el programa sea en inglés me ayudó mucho. Ámsterdam es una ciudad increíble; siempre quise tener otra experiencia de formación en el extranjero, además de la de Estados Unidos. Valoro mucho la educación y especialmente el aprendizaje de otras culturas, y la cultura holandesa en el mundo del fútbol es única. Me informé acerca del programa, me di cuenta de que era realmente práctico, y eso es lo que buscaba, la practicidad, una formación realmente aplicable en mi negocio.
«El programa es realmente práctico, y eso es lo que buscaba, la practicidad, una formación realmente aplicable en mi negocio»
¿Cuáles son tus expectativas de futuro?
Primeramente, como todo el mundo, ser feliz y tener salud. Pero también desarrollar mi negocio y mi carrera personal a partir de aquí; tener una mayor proyección internacional con la empresa y más conexiones en todo el mundo.
«Me encantaría poder contribuir al desarrollo del fútbol femenino en Israel y también ser embajadora del fútbol femenino en todo el mundo, para ayudar a las jóvenes jugadoras y ofrecerles consejos a partir de mi experiencia»
Cuando termines el Máster en Gestión Deportiva, ¿te gustaría volver a trabajar en Israel o te gustaría quedarte en Ámsterdam, o en otra ciudad europea?
Todavía no he decidido mi futuro. Me encantaría poder contribuir al desarrollo del fútbol femenino en Israel, lo cual llevará mucho tiempo, pero es algo que me encantaría hacer. También me gustaría ser embajadora del fútbol femenino en todo el mundo, para ayudar a las jóvenes jugadoras y ofrecerles consejos a partir de mi experiencia. Es un camino largo, y me encantaría tener esa oportunidad. Sólo tengo que seguir trabajando duro para conseguirlo.